Al ser poco
amable al juzgar, en vez de aceptar, me conduce a la pérdida de la paz
interior. Al juzgar siempre encontrare un elemento de rechazo y algo que me
falta que debo de hallar. No tendré la paz interior, la armonía, equidad y la integridad
si juzgo de forma poco amable y sin moderación en mi lengua y actos.
Y recordare
siempre que mi verdad no tiene que ser tu verdad.
Gladys
Mundo Millán
gaviota.mundomillan@gmail.com
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